Eran otras noches, ni mejores, ni peores, simplemente distintas. Una época en la que cuando algo iba mal te ibas a remendar el alma, cantando con mi amigo Jesús, te acercabas hacia el bar donde él cantaba y después de la primera sevillana, todo empezaba a parecer de otro color.
De vez en cuando se te cruzaba alguna letra dolorosa (sobre nosotros la noche, yo sobre tu piel de seda, y al aire porque es el aire, permití que te cubriera), porque te traía el enésimo sufrimiento del que como yo se enamora demasiado, entonces Jesús cambiaba su registro hacia el carnaval de Cádiz y mientras le daba un sorbo a mi copa, terminabas riendote, no hay mejor medicina para el alma que cantar con un amigo.
4 comentarios:
eran buenas aquellas noches, aunque las tenemos que cantar mejores!!!
gracias y un abrazo (ahora que es más fácil)
Que razon tienes con estas palabras "no hay mejor medicina para el alma que cantar con un amigo
Todo lo que tu quieras, todo esta muy bien, fotos, textos, todo magnifico, pero tu ayer no quisiste hablar conmigo...snif!!!
Yo ya canto menos que un grillo "mojao",pero y lo bien que te quedas cuando lo haces.
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