jueves, 18 de diciembre de 2014

CARTA A LA ESPERANZA

Ya es tu santo Madre. El día que se celebra lo que encierra tu nombre. Esperanza. Da igual el apellido, llevas implicito ese momento en el que las personas nos agarramos a ti deseando que la vida mejore, o que al menos no empeore. Hoy ha sido una tarde de desesperación de algun amigo que desea mejorar, hoy me han dicho que una vida empieza a vislumbrarse en el alma de una pareja de entre las que queremos. Hoy quiero ser mejor persona. Quiero que todos los que tengo a mi alrededor tengan una vida plena, quiero hacer feliz a mi Lola; quiero salud para mis querencias..., Madre tu nombre resplandece de entre las oscuridades. Asi te vi esta tarde resaltar entre la oscuridad del fondo. Hoy será día de ritos. Hoy una copa de aguardiente apuntará desde mi mano hacía aquel primitivo nazareno que se fue fundiendo su alma en merino y terciopelo verde. Hoy derramaré alguna lágrima y esbozaré sonrisas a partes iguales por lo que fue y lo que pudo ser. Hoy Madre es tu santo y a ti nos encomendamos para que nunca nos faltes, para que en esos momentos en los que la vida se convierte en duro trecho tu mirada nos conforte pensando que algun día algo irá a mejor...

domingo, 7 de diciembre de 2014

LOS DÍAS FRIOS

Que esta semana ha llegado el frio, está claro. Pero para mi llegó a mitad de semana. "El Padre de José ha muerto", la voz de Macarena no dejaba lugar a dudas, no había resquicio a la esperanza. Tarde de tanatorio para darle un abrazo a mi hermano oficioso, ese que no es oficial pero que desde chiquitito se incorporó a mi genoma como si fuera el mio. Era una muerte incomprensible, como todas, pero encima esta llevaba la sinrazón de la forma en su etiqueta. A escasos tres minutos de su responso al día siguiente, otra vez el teléfono, mi Madre, "Marta esta desahuciada", otra frase contundente que me dejó un calambrazo en la espina dorsal del que aun no me he recuperado. La esperanza cuando alguien tiene sólo 16 años se multiplica exponecialmente,porque a esa hora de la vida no debe de haber muerte. La helada mañana de tanatorio con mis primos, con los que me he criado,..., no tuve valor ni para acercarme a su hermana Sara. Los días frios seguian instalandose en mis huesos. Conversaciones de otros tiempos para sobrellevar la injusticia, hasta que aparecieron sus compañeros de instituto como una imagen que nos heló las palabras. Os quedais en nuestros pensamientos y en nuestra alma, como esos recuerdos que nos asaltan de madrugada cuando más frio hace. Os dejo a ambos mis Virgenes vistas desde el cielo. Descansad en paz y velad por los que aquí os sentimos.

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...