Notaba el calor de las brasas cercanas y se podía sentir como chorreaba la grasa a un kilómetro de distancia. Se sentía crepitar la sal y el sol haría que un regimiento de hambrientos asaltara un alcázar. Me sentí como la primera vez que murió Chanquete aturdido y emocionado, cuando las grasas inundaron mis arterias la vida me pareció maravillosa.
viernes, 25 de julio de 2008
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2 comentarios:
Vaya fotito miarma... que todavía no he comio y mira la hora que es.
Un abrazo.
Corta pan miarma.......Corta pan.
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