martes, 22 de julio de 2008

AMANECÍA


Así te soñé Sevilla, apalabrada con el desierto, sólo para mi, sin coches, como una amplia calle de adoquines milenarios para descubrir, sin prisa, sin ruidos, solos tu y yo, y mis pensamientos para Ella, porque tu eres Ella, cuando Ella no está, tu traicionas mis deseos y te vistes de esa dorada melancolía que me provoca su ausencia, se que nunca seré infeliz del todo estando entre tus calles, siempre me quedaras en ese rincón del alma en el que se guardan, sentimientos, deseos y memorias, allí donde nace la felicidad.

5 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Que tranquilidad así de calle, en agosto se queda todo vacío y por las mañanas muy temprano también es posible ver así las calles es una delicia pasear entonces.

PEPE LUIS TRUJILLO DEL REAL dijo...

El bullicio de los vencejos lo inunda todo...

Diego Romero dijo...

Un domingo de agosto, con las claritas del día, es un verdadero placer incrustarse en tus entrañas. Escucharte. Sentir cómo respiras. Y ver como el astro rey va poco a poco conquistando tus torres y espadañas en la más hermosa sinfonía que jamás el hombre podrá componer.
Tú y yo. A solas.

Anónimo dijo...

“BESOS DE LUNA”

“La Luna dibuja besos de plata sobre tus manos,
mientras en la calle,
sobre el asfalto,
la ciudad se precipita encendida”.

Moe de Triana dijo...

Que paz desprende el retrato miarma...

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...