No pudo más, poco a poco fue cediendo, hasta que la cabeza se posó sobre el hombro de su madre; la Virgen volvía de la coronación y la calle Sol parecía una freidora llena de puntillitas, pero ella no pudo más; recordé mi infancia, mi viaje de vuelta del domingo de Ramos en el renault 6 sin poder ver la Amargura, porque a mis 6 años el programa no lo ponía yo, recordé mis 7 años con pulmonía en Eduardo Dato, dentro del coche ver pasar la primera estación de penitencia de la Sed, recordé muchas cosas, demasiadas, y sobre todo envidié a esa niña, que aun tenía tanto por vivir y conocer, y que tenía los pies en alto, no sabéis como me dolían.
jueves, 10 de enero de 2008
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1 comentario:
Es una imagen preciosa. Resumen de una jornada llena de esplendor que concluye antes para esas personitas cansadas de tanto andar.
Bellísima estampa querido Canónigo. Gracias por compartirla con nosotros.
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