sábado, 26 de enero de 2008

DE MAÑANA


Realmente la mañana ya estaba declinando, se aproximaba sin remisión al mediodía con ese hálito de fracaso que tienen las mañanas cuando ya se presienten mediodias; seguía sin rumbo, vagando por las calles, cuando en un rincón escondido hasta para la memoria, la luz estaba ya presagiando un nacimiento; ya todo se presentía, todo lo que estaba por llegar, se veía llegando, la cruz de guia del tiempo aguardaba en el dintel, con esa parsimonia diligente que tienen los diputados de cruces de guía, allí recostado sobre la pared observé con alivio, que el tiempo que todo lo puede estaba llamando a la puerta de mis sentidos, no vi señoras obesas saliendo de una gran concha rodeada de angelitos, bastó con mirar la luz que se filtraba a través de una gran entrada en la calle Castellar, para comprender que el tiempo de la felicidad, está llamando a la puerta, seguí mi camino y en San Marcos estaba la parihuela de ensayo de los Javieres y allí me quedé, ya era mediodía y mi alma se sentía feliz.

1 comentario:

PEPE LUIS TRUJILLO DEL REAL dijo...

La luz ya vence las tinieblas del invierno e intenta quedarse arañada al atardecer a los edificios altos cual convocatoria de culto que anuncía el tiempo que nos espera...

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