jueves, 24 de abril de 2008

UNA MAÑANA


Vi tu sombra reflejarse
en los senderos de mi alma
y mis sentidos en calma
ante tus plantas postrarse.
Eran cohetes al cielo
los que atronaban sin pausa
a ti que de amor eres causa
a ti que yo tanto te quiero.
El barrio era sinfonía
de recuerdos y presentes
se reflejaba el ambiente
nuestra simpar alegría.
Allí me quedé Rocío
en la puerta de Santa Ana
sintiendo muy de mañana
el sagrado escalofrío
Que sienten los que no van
cuando ven como te alejas,
y en el alma se refleja
tan sincera soledad.

4 comentarios:

el aguaó dijo...

Amigo, servidor, que nunca ha hecho ni vivido el Rocío, este año lo está sintiendo a través de tus textos e imágenes.

Un fuerte abrazo.

P.D. Últimamente estoy algo ausente. Te explico: estoy trabajando y estudiando oposiciones de secundaria, y ya queda poco, muy poco, por eso actualizo menos y dejo menos comentarios. Sin embargo, no quiero dejar mi blog ni el de mis amigos, sigo y seguiré entrando y leyendo todos los días, pero no tengo tiempo de dejar comentarios diariamente, como hacía antes. Era para que lo supieras amigo.

PEPE LUIS TRUJILLO DEL REAL dijo...

Tiene mi barrio ese día
en que se van las carretas
en una esquina un suspiro,
en otra esquina una fiesta...

Así es lo que sentimos, en esa mañana mágica en que Triana, casi dos siglos de devoción, se echa a andar por los caminos.
En esa mañana, te encuentras desde las niñas de uniforme a las señoras que se acercan a despedir a las carretas antes de pasar por el puesto de frutas de Mora, las carpetas bajo el brazo y las gestiones inventadas para esa mañana pegarse la escapada y ver salir la carreta, cuando pasa por San Jacinto y de reojo la Virgen mira para la que fue su casa tantos año, en el Altozano o San Jorge las flores y las velas, volveran las Salves en Castilla y la gente que se arremolina detrás del Simpecado, el Angelus en el Cachorro, nos recordará aquello de como en la Cava se hablaba de Opá Cachorro y Omá Rocío, las manos agarradas a la vara de la carreta para cumplir la promesa, por lo que sólo sabe Ella y que se cumplirá cuando la carreta llegue a la Pañoleta, en ese momento habrá lágrimas y abrazos, Triana se despide de Triana, la Triana que subirá la Cuesta, para llegar a ese arrabal trianero que se llama Castilleja y en donde Triana es más Triana que nunca, que al fin y al cabo Triana siempre fue una prolongación del Aljarafe, y la Triana que se despide con lágrimas en los ojos hasta volverla a ver en ese mismo punto cuando el sol de un jueves de primavera ya busque el Cerro de Santa Brigida y con las primeras luces del anochecer vuelva al barrio.
Esa es Triana, la Triana que se va con la alegría y la Triana que vuelve con la matita de romero que llevaba la carreta entre las manos y las lágrimas en los ojos...

Diego Romero dijo...

Nació en la Cava; una Hermandad de Gloria, nació en la Cava…

Triana, esa mañana previa al domingo de Pentecostés, se llena de corrales fantasmas, y al igual que en la mañana del Viernes Santo, aflora como arte de magia trianeros del exilio. Auténticos. Que buscan en el corazón del barrio: la Cava, San Jacinto, San Jorge, Castilla… el lugar donde se levantaba aquel corral que les vió nacer. Aquel corral lleno de vida. Y colocándose a su altura. Sin ni siquiera querer volver la vista atrás, ver pasar al “Simpecao”… y soñar.

Pilar Manzano Gordillo dijo...

Nunca he hecho el camino propiamente dicho,ni soy del Rocio de Triana, ni de Sevilla ni siquiera del de mi Macarena. No soy ni tan siquiera Rociera, pero una vez estuvo a mi lado alquien muy importante en mi vida, que me contagió la devoción a la Señora de Almonte. Eso hizo que muchos domingos haya ido a verla, acompañada, yo sola, con amigas, con amigos, incluso he vivido unos cuantos Pentecostés en la aldea, y he sentido esa Misa de Romeros como una más. Con los años tuve el privilegio de conocer a grandes ROCIEROS y fué tanta mi suerte, que llegué a vivir la marcha de la Virgen al pueblo de Almonte en su ciclo de cada 7 años. No sé lo que será "hacer el camino", pero esa salida de la Virgen de su aldea, ese marchar rodeada de devotos que la veneramos,cuando la cubrieron para protegerla del polvo, como si fuera una fugitiva, esa madrugá por los pinares, esa entrada en Almonte amaneciendo, esos rocieros cubiertos de polvo hasta las cejas...NO HAY NADA COMPARABLE A ESA NOCHE! Y TUVE LA SUERTE DE VIVIRLO AL LADO, MANO A MANO, DE UNO DE LOS MAS GRANDES ROCIEROS QUE CONOZCO, TU CANONIGO. SI LA VES FRENTE A FRENTE, DALE LAS GRACIAS DE MI PARTE Y PIDELE COMO SIEMPRE HACÍA YO.

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...