miércoles, 13 de febrero de 2008

ATARDECÍA



A Glauca y al Aguaó, un Canónigo agradecido

Por más que lo intentaba no llegaba, pasaba sin remisión las horas mirando desde el ventanal que me traía las vidas ajenas a tiro de piedra de mi café, la ciudad se preparaba para sus días grandes, con esas visperas más felices que la propia dicha.
Sólo pensaba y miraba por aquel gran ventanal, mi cuaderno y mi cámara de fotos seguían mirándome desde ese rincón en la silla de al lado en la que yo los había colocado.
A veces sólo quiero observar, sin pensar en la vida, aunque a veces la vida me da que pensar, ví a un hombre de mediana edad, que llevaba bajo el brazo un capirote, venía de recogerlo de una de esas colas que andan por la Alfalfa; era largo, sería de cofradía de ruán y negro; mi mente se vaciaba en circunloquios más propios de una clase de lógica, que de un café de por la tarde; me pareció verla entre la gente y mi corazón se lanzó a marchas forzadas a recordarme porque estaba allí sólo, tomando café, se parecía a ella, entró en el bar, no, no era, no tenía ni la mitad de magia que arrastra en una de sus sonrisas, seguí mirando por el cristal, el cielo comenzó a ponerse color malva, que buen cielo para un paso, pensé, y el fotográfo que llevo dentro se impuso al resto de mis yo, y me acerqué al puente de Triana para ver como el manto de la tarde se iba transformando en oscuridad, y estando allí haciendo lo único que hago medio que, en esta vida, recordé el sueño que tuve una noche, y mientras disparaba esto, se me escapó una sonrisa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me han hecho muchas... fotos...muchisimas.
Pero nadie ha sabido captarme como tu lo has hecho con esta.
Además...con mi querido Aguao.

Gracias de corazón.

el aguaó dijo...

Nos das las gracias con este maravilloso texto y con esta imagen... ¡y quñe imagen!.

Eres un poeta de la cámara, un sabio del objetivo, un mago de las fotografías, un experto del momento. Nos das las gracias y soy el que tiene que dártelas.

De todo croazón GRACIAS.

Suscribo punto por punto las palabras de mi querida amiga María.

Un fortísimo abrazo.

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