lunes, 25 de febrero de 2008

CUARESMA


Se rompen las madrugadas, con resonar de zapatillas y ensayo costaleros que llaman a las vísperas. Surcan ritos habituales y siempre recibidos con cariño, el calendario monocorde de la monotonía.
Todo va llegando, todo se aproxima con el rumor de una tarde de primavera temprana, con la lluvia tras el cristal de una noche en la que te sentí llegar en la rectilínea luz anclada en la penumbra del torso dolorido de un Cristo, allí me quedé desmemoriado y absorto entre las sombras viradas a penumbras entre las naves de la Magdalena, cuando salí, todo seguía su curso y el tiempo seguía sin esperar, continuaba avanzando presto e insensible.




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