jueves, 13 de marzo de 2008

SOMBRAS EN LA BATALLA


Tenía la noche un extraño color, ese que nace de la falta de sueño y la mente descarriada en busca de amparo, aquel día todo el mundo organizó actos a la misma hora, a las 8 de la tarde, en ese pequeño don de la ubicuidad que tenemos algunos, conseguí llegar al acto de las ocho y media nada menos que con seis minutos de adelanto, a san Nicolás la Iglesia que tantas veces se cruzó en mi camino; aunque mi primer beso de verdad fue en el Altozano, el primero de amor, fue bajo el azulejo de ese Señor que con la cruz al hombro salva al mundo desde ese catafalco de amor dorado que suplió a aquel, que Josemi me contaba tantas veces remendado en madera y que pesaba más que un fin de mes; salí del acto, el primero, para los servicios de el bar Candelaria (no podía más), donde Santi y Antonio abastecen a almas atormentadas como yo, desde hace tiempo, poco a poco fueron apareciendo Candelarios, que hicieron echar un buen rato de amistad cofrade a este canónigo que tanto tiene que aprender de la vida y que tan agotado está últimamente, las sombras del título son únicamente en la foto, porque los candelarios, me dieron luz(vida) para seguir otro rato, y si te duele después de la levantá cierra los ojos (porque de aquí no te vas).

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