El pasillo era muy largo. La lata de tortas imperiales y dos rotuladores carioca. Mis primos salían del dormitorio de la madre arrastrando una fila de nazarenos pegados en cuartillas que se levantan del suelo con una pequeña pestaña. Allí pasábamos las noches de feria cuando aun no teníamos edad para beber manzanilla.
martes, 10 de marzo de 2009
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3 comentarios:
Canónigo, que verdad más, grande. Cuánto habremos jugado a la Semana Santa los niños de Sevilla. Como dejé en un post, mi barbie iba de estación de penitencia al baño de mi casa y por manto lucía una mantita de Nenuco.
Espero que todo te vaya bien.
Un saludo
Si que es verdad, recuerdo cuando no existia canal sur, pasar la madrugá pegada a la radio donde la retrasmitian................si es que los que la hemos mamao la llevamos mu dentro.
Yo siempre quise un pasito para jugar… no llegué a tener un pasito… suma y sigue.. el psicoanalista no va a saber por dónde empezar conmigo…
Kisses
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