miércoles, 25 de marzo de 2009

TARDE DE CUARESMA


Se adentraba la tarde entre los sueños y la memoria. El sol caía poco a poco, despacio. Acariciando las lomas de las azoteas como un amante toca la espalda de su amada. Me senté taciturno y tranquilo a mirar la vida desde aquel banco. Venía a veces olor a azahar, a veces voces de transeúntes. No recuerdo cuanto estuve allí. Sólo se que salí pensando en lo larga que a veces es la vida, cuando las tardes pasan inhóspitas sin su sonrisa.

5 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Si desde el banco en el que estabas sentado pudiste sacar esa fotografía, puedo decir que lo he compartido muchas veces.
Sentado delante de ese Sagrario, y por tanto de las Imagenes que lo presiden, he pasado muy buenos y muy malos momentos porque forma parte importante de mi vida.
Allí he llorado la perdida de muchos seres queridos pero he tenido la alegria de sellar mi amor y bautizar a los tres frutos de ese matrimonio.
Gracias Canónigo otro día más.
Un abrazo.

La gata Roma dijo...

Pero luego echamos de menos las tardes de este tiempo.. todas.
Kisses

P.S. Te he mangado un retratito para el blog nuevo, porque hijo… que mano tienes… jejeje

Anónimo dijo...

¿Qué Capilla es? ¿Baratillo? ¿San José?

Reyes dijo...

Refugiarte en soledad en uno de esos bancos a veces es serenidad para tu alma, y no me refiero a lo espiritual.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Es, San Nicolás.

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