Se apagan las velas. Suenan los rezos a ruegos y a esperanza. Acaban los cultos. La Cuaresma va sucediendo sin que nos demos cuenta. Pasan los días y ya estamos de función principal. Las horas se cuentan velando armas para la penitencia. El humo de las velas disuelve la Cuaresma en el éter. Mañana ya será recuerdos.
domingo, 1 de marzo de 2009
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