La tarde de Cuaresma era fría. Aún se iniciaba Febrero y fuera el tráfico de una tarde laborable se convertía en la banda sonora de nuestras vidas. Tu que tantas veces me has oído. Tu que tantas veces me amparaste. Estabas de besamanos. Hice todas las fotos necesarias. Y ya al final cuando las horas se me echaban encima en ese reloj de 28 horas que para mi tienen los días de Cuaresma. Te viniste conmigo en una foto. Te recuerdo mirándome como tantas veces. Te pedí por todo el mundo y te dejé allí absorto en tu pasión. En nuestra pasión. En la calle se echaba la noche.
jueves, 20 de noviembre de 2008
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4 comentarios:
Más de una noche de cuaresma me dejo caer por allí mismo, aunque quien más me empuja hacia la calzá es su Madre.
Increíble la imagen querido Canónigo. Eres un artista.
Un abrazo fuerte.
Extraordinaria foto. Muy original. A ver si me regalas una de cierto besamanos que este fin de semana se va a celebrar, el cual espero que llegue desde el Domingo de Ramos.
Un beso, artista.
Cuanta dulzura y mansedumbre recoge la imagen de ese Cristo.
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