viernes, 21 de noviembre de 2008

AMARGA


Y te llamaron Amargura. Mientras la tarde se quebraba en suspiros de Juan Sierra. Mientras las noches de domingo soñábamos con la trasera de tu paso perdiéndose. Y te llamaron Amargura las monjitas que te miraban al pasar. Amargura de esos enfermos que solícitas cuidaban. Y te llamaron Amargura las sombras de personas que te veían cruzar por su calle una vez al año y que desde cualquier esquina te pedían salir de los pozos en los que la vida a veces te mete. Y te llamaron Amargura cruzando en una nube de incienso los sombríos parajes de el barrio donde el mal vivir es cotidiano. Y te llamaron Amargura los que encomendaron sus sueños a las lágrimas de tus mejillas....... Y yo te nombré Amargura. Un año que no te esperaba. Un año de primeras salidas y de adolescencia naciente. Cuando me crucé contigo por la Alameda. Mientras buscaba mi primer beso. Y te nombré aquel día y no pude parar de nombrarte. Porque la noche de tu Domingo. Esa noche de sueños y recuerdos. Seguiré nombrandote Amargura como el primer día que te nombré y ya no podría parar de hacerlo.

6 comentarios:

Juanma dijo...

Eres grande. Muchas gracias por tus palabras y por cada una de tus entradas.

Reyes dijo...

A sus pies, Canónigo.

La gata Roma dijo...

Que grande Antonio, y es que la Amargura tiene algo especial, aunque yo no sepa decir que es.
Kisses

Moe de Triana dijo...

Lo que tiene que ibas a quedarte sin verla esta mañana...

Preciosa estampa Canónigo, bonita de verdá.

Anónimo dijo...

"La caridad del cielo
mueve una Rosa
que la luz ennoblece
donde se posa.
Una Rosa que al aire
da su figura
con el cristal labrado
de su hermosura
....
¡Ay, cristal de Sevilla,
lazo y figura!
¡Que amargura la tarde
sin tu Amargura!"

Amargurista dijo...

Grande, grande, grande mi Virgen Amarga...
Un abrazo Canonigo.

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