Últimos compases que sonaban a calle Feria en la oscuridad del Domingo de Ramos. Últimos compases de recuerdos. De oración sentida. De sudor en las manos. De mirada al cielo rebuscando a los que faltan. El chaqué en su sitio. El pañuelo de la madre a mano. El leve temblor en la muñeca izquierda. Termina la banda. Se levanta. Acaba de hacerse eterno para su Sevilla y la Semana Santa.
miércoles, 1 de octubre de 2008
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