martes, 30 de septiembre de 2008

TU GRASA


Fue esa tira brillante que coronaba tus curvas la que me llamó la atención. Recién llegado de la cotidiana existencia te encontré en ese fondo de armario que tiene el frigorífico de unos padres.
Olías a sierra. A encina. A serranía. A piara de benditos cochinos que estarán cerca de ti. Seguro que tuviste cerca tantas y tantas cosas queridas por mi. Tantos y tantos recuerdos impregnados en tu grasa. Sólo eché de menos una cosa. Una copa de vino tinto que hace que tus nervios y tus entresijos carnívoros se conviertan en la comunión perfecta. Desolado me encontré cuando vi el plato acabado y sólo el rastro de tu hueso quedaba a la vista. Cuando tiré tus restos el resto de sal impregnado de tus carnes aun crepitaba en mi paladar. Fuera llovía y en mi alma aun se albergaba tu recuerdo.

2 comentarios:

el aguaó dijo...

Sencillamente genial el homenaje a una grasa necesaria.

¡Que hambre me ha entrao amigo!

Un abrazo.

El Caliz de la Canina dijo...

Y ese secreto ibérico cuando esa grasita se saborea en el paladar ummmmmmmmmmm¡.

Un abarzo canino.

La Canina seguirá cavilando ....

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