Pasaban horas en mi memoria. Y nazarenos por la calle que acompañaban tu desconsuelo, y el mio. Encontré mi vida en un rescoldo de la tarde ese que a ti te daba Campana y a mi motivos para pensar demasiado. Busqué una sombra para proteger las distancias que me traía la vida. Pasaste por debajo del balcón. No me miraste. Tu mirada era hacia abajo. Mientras pasaban tus penitentes no conseguía olvidarla. No conseguía sacarla de mi vida. Era Semana Santa y yo me quedé colgado de una mirada.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A LA SOMBRA DE ROCÍO Ya ha llegado la Virgen de nuevo a su casa. Ya hemos vuelto de verla en la calle, este año que hemos podido allí hemos ...

-
Recuerdo de pequeño usar la palabra rancio, para aquellos alimentos que se habían echado a perder o que estaban a punto de hacerlo. ...
-
Gata te dedico un día de lluvia. Como el de ayer al que salí sin reloj y por supuesto sin paraguas . Un día que olía a tierra mojada y a r...
-
A Toñi, que hace tiempo que no le dedico una entrada. Se crean túnicas, se hacen sueños, de capa, de cola con antifaz y ancho cinturón de es...
1 comentario:
Saber mirar...
Publicar un comentario