miércoles, 23 de enero de 2008

SIN TITULO II


Afronte aquel día como el que llega de nuevas a un sitio en el que ha estado muchas veces, sonaba en mis auriculares uno de los coros de La Pasión según San Mateo, tras acabar una canción de Shakira en ese equilibrio extraño en el que suelo hacer jugar a mi aparatos para oír música; siempre sólo con la cámara en el pecho apoyada, aquella iglesia tenía una extraña medición para la luz, la puerta de la calle abierta y la oscuridad del interior eran picos de diferencia abismales, miré y remiré, necesitaba algo distinto y que me hiciera poder gestionar la diferencia de luz en mi favor, y esto salió mientras los auriculares expulsaban a mis oídos Margot, la marcha más dolorosa que para este humilde gusto se ha oído, al salir la primavera estaba naciendo una tarde de Enero, y mis sueños seguían su curso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay que tener un oido muy sensible para sentir el dolor de "Margot" querido Canónigo.

Me alegra encontrar a alguien que la entienda como fue concebida.

Un beso

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