FELIZ SANTO VIDA MÍA
Ahora te veo sonreír Madre mía. Ahora miro tu rostro lloroso y adivino tu sonrisa. Puedo verla tan clara como la luz que se filtra entre tus sueños verdes. Creo que es el reflejo de la mía. Mi amor me ha devuelto la alegría y me ha hecho recordar la felicidad. Ay Madre, ahora que se esconde una luna naciente entre las nubes del día de su santo, sólo aspiro a su sonrisa, sólo quiero oír su voz y mirar sus ojos como si fueran mi piedra filosofal. Ahora lo sé Señora, veo su sonrisa reflejada en la tuya. Gracias Madre por enviármela.