domingo, 26 de noviembre de 2017

La llave de Serrano

Así estaba Manuel, hermosísima. Con esa mirada dulce de la que entrega su vida al Hijo roto. Así la vi el sábado gracias a Óscar, ese serranito que suplió tu vejez y es alma máter de la Capilla que tanto anduviste arriba y abajo.
Te pasa como a mí que la ves guapa hasta en chándal, y es que nuestra Madre de ojos de miel cuando te mira ya tu cingulo no tendrá otro color que el blanco.
Hoy te escribo Serrano desde Segovia, allí donde mi ángel Lola y yo hemos venido a descansar del día a día.
A esta hora ya debe de estar la capilla a oscuras y nuestra Madre aún en el altar en el que hoy ha recibido en ese pequeño crucero que tenemos donde el Mal-Baratillo.
Te echamos de menos Serrano. Faltas en el día a día en la puerta de la Capilla mientras nuestra limpiadora se afanaba el otro día en terminar ambos nos emocionamos al recordarte. Que tristes son las ausencias. Cada vez que alguien de nuestro día a día se va para siempre es como si agotáramos ese taco de sueños con él que vivimos.
Me queda el consuelo de que seguro que en algún momento has bajado a verla y si no Ella lleva tu llave para recordarte que debes cerrar esa capilla, la de los baratilleros que se fueron a dormir para siempre en los ojos dulces de la Morena de la calle Adriano.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Empatía sacra


" En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraiso."

Esas palabras etéreas y eternas de nuestro Señor, la capacidad de San Dimas para ponerse en la piel del condenado injustamente y saberse distinto a aquel que sufría las penas del resto.
Ese concepto tan manido últimamente y que tan antiguo es, la empatía.
Empatía de un ser humano que apela a la empatía cuando le conviene a él y no a otros. Un concepto malversado para el bien propio y no para el ajeno.
Hablar de empatía en Sevilla, la ciudad de las navajas voladoras, es casi como hablar de donuts en la consulta de un endocrino. Nuestras hermandades no se encuentran ajenas a esta falta de concepto. Y para poner en negro sobre blanco, más que un blog necesitaría una enciclopedia.
Personas desposeidas de su lugar en la cofradía por vendetas antiguas, miembros de juntas boicoteando hermandades, voceros de las tragicomedias moradas que ahondan en el fango como si de él fuera a salir la luz, cuando bajo el lodo, sólo hay más lodo. Criticadores de carné que saben entender los conceptos de las cofradías mejor que nadie, ya que su RH deriva directamente del Abad Gordillo, navajeros voladores a lo Kill Bill que apuntan contra todo aquel que intente mejorar algún aspecto de nuestra fiesta..., y así podría seguir  derivando a infinito.
Yo no soy quien para decirle nada a nadie, pero en las cofradías hay mucha gente que trabaja por amor a unos titulares y a muchos he visto desistir de su labor, rendirse directamente, por esa ciudad tediosa y aburrida que hace de la mofa y el navajazo deporte olímpico.
Yo ya hace años que desistí, mi única opción son mis titulares, tal vez sea la decisión más cobarde pero me negaba a denostar una celebración cristiana que adoro. Sólo por los que aún son capaces de sentir empatía hacia el hermano, sólo por los que trabajan para sus titulares porque el Señor y su Madre tengan un culto digno, y sólo por los que tratan de que este cruce entre arte, religión, espiritualidad y Sevilla siga adelante unos siglos más. Sólo por esos merece la pena seguir adelante en el mundo cofrade y por Cristo y su Madre, por un Señor que mientras los clavos atravesaban su carne fue capaz de sentir empatía por aquel ladrón que moría a su lado. Pensar antes en el prójimo que en si mismo,...,pues no que me suena el concepto.

martes, 7 de noviembre de 2017

Noviembre


Luces que salen de lo más hondo. Luces de recuerdos, cálidas como un abrazo. Mes de recuerdos. Mes de tristeza. De una ciudad que corrompe sus entretelas a ritmo de cuadro de Valdés Leal. Ay Sevilla si no te quisiera tanto. Harto de paladines sevillanos que tienen los pies metidos en mierda. Harto de lecciones hispalenses que vienen de mentes negras como ciénagas.
Sólo la luz de estos días posándose sobre tus adoquines merece la pena. Sólo tus atardeceres de otoño llenos de nubes y de sueños. Sólo el olor de las primeras chimeneas en los días de frío.
Salta noviembre en Sevilla a la palestra de los días con ese afán al claro oscuro que tiene esta ciudad para todo.

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...