
Tenía entre los dedos un sueño, ese tipo de sueño, que te renueva la ilusión cada mañana al despertar; me desplazaba, iba y venía, tenía poco que hacer, notaba que su sueño no era más que eso, sin embargo cada día que pasaba notaba más y más como aquello que crecía en su interior era necesario e incluso importante, iba y venía y cada vez lo notaba más y más crecer; nunca supo como se llamaba esa sensación, sin embargo le tenía ilusionado y le permitía disfrutar de la vida con pasión, sabía que la idealización no era buena sin embargo se sentía loco por aquello que crecía y crecía en su interior y cuyo nombre no lograba recordar.
4 comentarios:
Genial amigo...
Me alegro muchísimo amigo mío.
Un fortísimo abrazo.
Sentir una ilusión...es una de las mayores emociones.
A veces una imagen, vale más que mil palabras, cuando dentro de unos días abandone la Anunciación para volver al Salvador donde todos los conocimos echaremos de menos ya no verlo bajo la inscripción que mejor le va, que parece que fue pintada para Él siguiendo la norma ignaciana.
Ahí lo hemos tenido estos años, que ya cuando nos acercabamos para susurrarle un padrenuestro, dejabamos de contemplar al pelícano de nuestra niñez y nos quedabamos absortos en la frase...
"ASÍ ES MI AMADO ENTRE LOS HOMBRES"
Publicar un comentario