Foto: Antonio Jimenez de Haro
- Te lo dije, tu de nazareno y yo sin dinero. Tuviste todo el miércoles y tu no, lo tuviste que olvidar.
Carlos miró a su Señora mientras se colocaba la túnica.
- Vas con mi hermana.
- Si pero tengo 10 euros. Y no quiero que después murmuren.
- Tu y tu manía de no tener tarjeta.
- ¿Te hablo de tus manías?, aquello de salpicar cuando orinas, lo otro de no ayudar en casa,...¿sigo?.
Carlos sabía que era mejor que no siguiera.
- Bueno-dijo quitándose la túnica-voy a bajar un momento.
A los 5 minutos subió.
- Cariño el cajero no va. Y ya voy tarde.
- Pues te vistes y como nos pilla de camino el de la calle Hernando Colón..
- Rosa por Dios.
Carlos miró a su mujer mientras se volvía a poner la túnica y se metía la cartera en el bolsillo de la túnica. Nunca más olvidaría hacer algo así, al menos los Jueves Santo.
2 comentarios:
Ojú, ¿que arte más grande no? miarma.
Además, no se puede decir nada de lo normalque se dice en estos casos: ¿qué se puede esperar de una Hermandad de barrio? o claro si es que no saben, ¡esta gente de las Hermandades nuevas!
Igual a este nazareno le pasa como a mi, que cada vez que paso por un cajero el chino que está dentro me dice: illo, ¿quieres dinero?, y me tengo que parar por lo menos a saludarlo.
Un saludo, 4 días.
Sevilla es grande, eso es lo que hay.
Un abrazo, Canónigo de mi arma.
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