Veía tu rostro hasta cuando cerraba los ojos. Tu rostro suplicante. Esa mirada dolorosa que pedía que ese cáliz pasara de ti cuanto antes.Mirabas al cielo buscando tu tabla de salvación. En un instante tu mirada se cruzo con la mía y un escalofrío sacudió mi espina dorsal.
domingo, 19 de octubre de 2008
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