Ya no sabía por donde andaba. Mi recuerdo de la felicidad era difuso y lejano. Hasta que volviste. Regresaste. Te cruzaste en mi camino y todo empezó a tener sentido de nuevo. Aún temblaban las hojas de mis calendarios cuando cruzaste tu sonrisa en mi camino y poco a poco te adueñaste de mi alma. Tan despacio. Con tanta suavidad que hasta el noctambulo que hay entre mis huesos te fue necesitando. Ahora no soy más que lo ves. Alguien que cuando te ve sonreír entiende lo que es la alegría.
domingo, 19 de octubre de 2008
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1 comentario:
Que buena foto... ¿me pregunto quién sería el fotografo...?
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