viernes, 25 de abril de 2008

MI TRIANA


Aquel año fue a distancia, no iba al camino, ni a la aldea, que es ese reducto que nos queda a los que pocas veces podemos hacer un camino entero, ese año sólo podía el miércoles hasta las 5 de la tarde, pensé mucho si ir o no, y al final me pudo, o mejor, me pudiste y fui a verte, desde fuera desde ese territorio en el que están los que te ven pasar, esos que pocas o ninguna vez te han visto en la penumbra del campo rodeada de hijos acostados en sus sacos alrededor, esos que nunca te han visto la madrugada del domingo mientras la aldea descansa y dentro de la ermita empieza a crecer un torrente, esos que no te han visto cruzar un Quema, plagado de personas que te miran y te cantan, esos que no han visto desaparecer el Ajolí cuando tu gente te rodea, esos que no han visto las varas llenas de romero al aire cuando te plantas en la puerta de la ermita, esos que oyen "te saludamos blanca Paloma, te saludamos Madre de Dios" y no sienten un calambrazo en la espina dorsal,..., en esa frontera estaba yo, sin poder asomarme, porque ver gente, saludar, dar besos y abrazos ahondaba más y más la herida de decir, "este año, ni siquiera aldea...", y te fui siguiendo de lejos, hasta que llegaste al Cachorro, allí me senté dentro de la Iglesia antes de que llegaras, te presentí por los cohetes, y desde el crucero te vi a contraluz enmarcada en la puerta, me senté mirando al León de Judá y allí permanecí llorando y apretando mi medalla en el bolsillo hasta que los cohetes estuvieron los suficientemente lejos, no te lo vas a creer, pero me lastimé la muñeca de aplastar contra la palma de mi mano tu medalla, desde aquel día lo tengo claro, el año que no pueda ir a la aldea al menos, no quiero oír ni un cohete; el miércoles 7 te veo, que tengo muchas cosas que contarte.

2 comentarios:

bogar dijo...

Estuve 2 años sin ir al camino cuando me operaron de la espalda,ya que tenia menos defensa que el Baracaldo y sabes lo que hice;pues lo que tu dices,mi mujer se fue con mi familia porque yo estaba mal pero me defendia solito y no escuché ni un cohete,estuve escuchando a Luis del Olmo con los casacos puestos pra evadirme totalmente de El Rocio.Saludos

Anónimo dijo...

A veces...la distancia en soledad es tan larga...

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