Te miraba buen Jesús, con ánimo y recelo; con ánimo porque siempre me has amparado y con recelo porque parece que hay veces que no me oyes o hay asuntos mios que no haces tuyos; ya lo sé soy demasiado egoísta, y de repente me redime y empecé a pensar que lo que tenía que ser, era, pero seguro que era mi culpa o el destino, esa barca incontrolada que te trae y te lleva y que a veces desconoces; Señor comprendí que era más culpa mía que tuya y que por activa y por pasiva me lo habías hecho saber, aunque siempre pené a mi mala suerte; saliendo aquella tarde de tu iglesia el mundo seguía su curso y Tu más claro no podías dejármelo.
miércoles, 27 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A LA SOMBRA DE ROCÍO Ya ha llegado la Virgen de nuevo a su casa. Ya hemos vuelto de verla en la calle, este año que hemos podido allí hemos ...

-
Recuerdo de pequeño usar la palabra rancio, para aquellos alimentos que se habían echado a perder o que estaban a punto de hacerlo. ...
-
Gata te dedico un día de lluvia. Como el de ayer al que salí sin reloj y por supuesto sin paraguas . Un día que olía a tierra mojada y a r...
-
A Toñi, que hace tiempo que no le dedico una entrada. Se crean túnicas, se hacen sueños, de capa, de cola con antifaz y ancho cinturón de es...
3 comentarios:
Me da la sensación que su mano se alzará para posarse sobre mi cabeza.
Las manos de Jesús Presentado... las manos de don Antonio...
Don Antonio o la sencillez más grandiosa.
Publicar un comentario