Aun a trazos recuerdo tu mirada, Señor, entré a verte, sabía que tu besapiés era ese día y no podía pasarlo por alto, fuera de tu iglesia las tardes iban y venían sin remisión, y dentro aguardabas Tu, allí sin más tu y tu cruz en esa conjunción perfecta que resume tiempos y desplaza distancias, me senté cerca de tí y allí quedé distanciado de todas esas cosas que a veces hacen la vida insoportable.
martes, 5 de febrero de 2008
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2 comentarios:
Un camino de rosas y lirios a sus pies...Y según nos han contado, ese no fue el suyo precisamente.
Una fotografía impresionante Canónigo.
Pasion......?
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