Alguien me habló una vez de Sevilla como un sabor. Uno de esos sentidos que circulan y circundan la ciudad.Siempre me tomé ese sabor como otra cosa. El olor a azahar e incienso una tarde de jueves santo. El trincherazo del Faraón. Los lunes en San Nicolás. La cerveza helada del taquilla en verano...,y tantos y tantos ejemplos. Aunque el sábado se añadió uno; el despertar laborable a ritmo de paseo. Mirar como se despierta una ciudad, tu ciudad. Sin tener que correr de un lado a otro. El sabor de lo cotidiano.
5 comentarios:
Mmmmmmm y yo que pensaba en tapeo…
Que ganitas de Cuaresma llenas de sabores….
Ojú pare, que pedazo de CALLE.
Antonio, me sumo a lo que dice el Maestro Don Diego, pedazo de calle, y a esas horas más.Un saludo.
¡¡Pero qué gran final, Canónigo de mi arma!!
Besos, para los dos.
Me encantó esta entrada... Y la foto no te digo na, artista!! Un beso!!
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