miércoles, 21 de noviembre de 2007

UN CASO VERÍDICO

Una entrada que bien podría decirse que empieza como un chiste de Don Francisco Gandia, sin embargo va por otro lado, depende el tipo de persona que la explique esta foto podría tener dos lecturas, a saber:
- He intentado mostrar captando esa imagen, que en los simulacros procesionales el fin último es captar la iluminación del Espiritu Santo, para que llegue hasta los que contemplan las imagenes, ya sea en su paso o en los altares, para ello he usado una técnica tenebrista resaltando la Paloma y dejando a Cristo y su Madre perfectamente delimitados en las sombras de su altar.

- Llegué a los Servitas para fotografiar algo con lo que rellenar las depobladas páginas de prensa de la parte central de la cuaresma, había misa y el bar estaba cerrado, y yo que llevaba liado con fotos desde antes del miércoles de Ceniza a esas alturas de la película no estaba para esperar, así que disparé a lo primero que se me ocurrió, cual fue mi sorpresa al día siguiente en la oficina, cuando vi que el Espiritu Santo había venido a verme.

Yo personalmente me quedo con la segunda, los artistas suelen desinflarse cuando la presión y el estres aparecen y al fin y al cabo los fotógrafos no creamos, nos limitamos a tomar realidades o instantes que existen con entidad propia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Has conseguido captar el instante.

PD.El dolor del rostro de Nuestra Señora de los Dolores me deja sin aliento.

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...