Te Escribo Señor, para contarte, que pronto volveremos a cruzarnos en tu rampa; ya he besado tu mano y te he visto ascender a tu altar de culto.
De mi vida que te cuento, que ya no sepas, ahora disfruto mucho tomando instantes de la realidad con mi cámara, aunque ahora descanso de contarte en este rincón los viernes y los sábados, sigo intentando ser feliz y le quito horas al descanso físico para poder desahogar el psíquico.
A veces te recuerdo y me recuerdo, allí en tu rampa, un jueves santo en el que tanto pensé y tanto recordé, este año será distinto, lo sé, me extendiste tu mano para que entendiera que a veces la vida puede traerte algún rato bueno. Gracias.
De mi vida que te cuento, que ya no sepas, ahora disfruto mucho tomando instantes de la realidad con mi cámara, aunque ahora descanso de contarte en este rincón los viernes y los sábados, sigo intentando ser feliz y le quito horas al descanso físico para poder desahogar el psíquico.
A veces te recuerdo y me recuerdo, allí en tu rampa, un jueves santo en el que tanto pensé y tanto recordé, este año será distinto, lo sé, me extendiste tu mano para que entendiera que a veces la vida puede traerte algún rato bueno. Gracias.
5 comentarios:
Cuanta gente necesita que esa mano tendida le acoja.
Quizas esa mano extendida en el tiempo es la que nos hace reflexionar y preguntarnos el como el cuando y el porque.
Seguro que cuando la cojas y la aprietes sin querer soltarla encontraremos las respuestas a nuestras preguntas.
Yo he tomado esa mano
Con tu permiso Canónigo, me ha parecido muy reflexivo el comentario de Sevillanía, por cierto, un nick precioso porque resume el sabor ,el olor y música de la tierra que tanto amamos.
Gracias Canónigo.
Esa mano extendida, es amistad, amor, calor, proximidad.
Gracias
“Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende”.
Juan XXIII
(Frase tomada del blog.laojiva.com)
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