Un día desperté exhausto, tenía en la memoria ese tipo de sueño que te hace sentir que no has descansado, salí a la calle y Ella no llamaba, seguía sin llamar, me enamoró su color a la luz de la primavera, el brillo de sus ojos en una noche de invierno, las cadencias de sus movimientos, esos que marcaban etapas en mis dichas y oscurecían mis sombras, allí plantado en medio de ninguna parte la memoria me traía sus ojos y su olor a tarde de domingo, sus curvas y su manera de andar, esa que hacía que el metrónomo del tiempo entendiera su error, cuadraba la cadencia de la vida, y la vida, la mia, no era más que una anécdota que esperaba su sombra para ser completada; cuando el tiempo me despertó por fin, recordé que no era mía y aquel día de San Valentín empezó de la peor manera posible, añorando su sonrisa.
jueves, 14 de febrero de 2008
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A LA SOMBRA DE ROCÍO Ya ha llegado la Virgen de nuevo a su casa. Ya hemos vuelto de verla en la calle, este año que hemos podido allí hemos ...

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...que fébril la mirada, que diría el tango. Me paro a pensar que si esto que si aquello, que si para acá que si para allá. Y la fébril...
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4 comentarios:
Tu amor por ella es como el aria templada de una opera.
... pregunta: ¿ a San Valentin no le celebran quinario ?... ¿ o es un quinario celebrar San Valentin ? ... como siempre Sr. Canonigo, MAGNIFICA su prosa.
A veces soñar es delicioso. Lo malo es cuando uno despierta...
Precioso.
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