Dejame que te mire despacio, te he visto,..., no sé, varios años fuera de casa y ya estas aquí, de vuelta, ya no hay más que volver a tu altar, aquel en el que te rezó mi padre y mi madre te pedía que mi vida y la de mis hermanos fuese la mejor posible; aquel altar Jesús en el que me casé, pegadito a ti, pensé que nunca volvería a verte aquí y aquí vuelves a estar, ojalá algunos en los que pienso hubieran logrado estar aquí,aunque, no creas, supongo que te vigilan desde no muy lejos, desde ese sitio al que van los cofrades cuando dejamos de contar adoquines y sacar papeletas de sitio.
miércoles, 27 de febrero de 2008
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3 comentarios:
Salvador del mundo... por Amor.
Como siempre Sr. Canonigo, CHAPEAU...
Se te cae el alma a los pies cuando lo tienes cerca.
Lo sentí en el traslado.
Bellísimo texto y no menos bella imagen.
Genial amigo.
Un abrazo.
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