Vida que va y viene, de trasiego absoluto, un trajín enorme, tan grande como el deambular de tu dolor. Amarguras de una monotonía que ya no tiene como noticia la enfermedad ni la muerte. A diario pasan las vidas por delante de las otras sin que se toquen. Vivimos velozmente. Sentimos sin pausa. Sin mirar arriba. Sin ver enfrente. Vamos por calles que conocemos de memoria para lugares a los que la memoria nos lleva. El dolor nos aplasta, el amor nos aisla, la Esperanza a veces, muy de tarde en tarde aparece. Sólo bastaría con mirar a un lado para ver la vida de otra manera. Pero a veces ni giramos la cabeza.
jueves, 1 de octubre de 2009
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4 comentarios:
Increible el detalle del ventano de la puerta. Como siempre inmenso, canónigo.
Vida: ver y leer una nueva entrada en el blog del Canonigo Alberico
¡que foto más alucinante!
Esa puerta... se me llena el alma de San Juan de la Palma...
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