Estaba muy de mañana esperándote porque sabía que vendrías. Era claro que como cada año pasarías por debajo de mi casa en ese rito que repetimos cada año. En ese instante en el que tu vienes a verme a mi. Yo el último y más pecador de tus hijos te esperaba ansioso, como cada año.
Pasaste y me volví hacia la habitación donde mi vida seguía. Hasta el año que viene. Aquí estaré, si tu quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario