Todo se veía de otra manera, paseabas por terrenos afines al turismo de día, y ahora a esa hora todo era paz y sosiego; mirabas como si nunca la hubieras visto, recreándote en la foto para no recordar, estaba hermosa, muy hermosa, cubierta de arriba a abajo con esa luz parda, iluminando la oscuridad de la noche, con todo lo que significaba, así la dejé en mis retinas y seguí surcando una madrugada que iba a ser muy larga, como todas.
4 comentarios:
preciosa instantánea,gracias por compartirla con nosotros,pues entiendo que estos momentos en los que hablas con la giralda de tú a tú son realmente íntimos...
Que gran gozada miarmarla desde la intimidad de tu cámara... gracias.
Y que buenos son esos momentos en los que vas sólo a altas horas por nuestra Sevilla, contigo mismo y esa novia eterna nuestra que parece que nos escucha.
Y lo sano que es hacerlo de vez en cuando!
Gracias por tu visita a mi "Cuaderno". Llevo un rato recorriendo Sevilla en tus textos y me gusta: Sevilla (claro) y lo que escribes.
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