En ningún momento alardeó de nada, me pareció un hombre apasionado de su profesión, aunque no mostró soberbia al mostrarse ante nosotros, no parecía uno de esos que se hacen llamar artista, era una persona que hablaba de su pasión la imaginería, mientras con su gubia tallaba las manos de una dolorosa, me pareció un maestro, uno de esos maestros que lo que tratan es de hacer pedagogía de sus astillas, sin alardear de las imágenes suyas que procesionan en Semana Santa, eso si nunca compartiré su pasión por los ofidios, el maestro nos abrió su taller y se ganó un hueco en mi admiración, eso si, sin él querer y sin alardes.
viernes, 14 de diciembre de 2007
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A LA SOMBRA DE ROCÍO Ya ha llegado la Virgen de nuevo a su casa. Ya hemos vuelto de verla en la calle, este año que hemos podido allí hemos ...

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...que fébril la mirada, que diría el tango. Me paro a pensar que si esto que si aquello, que si para acá que si para allá. Y la fébril...
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2 comentarios:
El tiempo pone a cada uno en su sitio,buenisimo el estudio sobre el pañolon de Oviedo.Saludos para Miñarro y para usted
Desde luego, siendo un ignorante en la materia, pero teniendo unos ojitos que gracias a Dios ven muy bien, para mí el mejor, (barroco y realista como nadie).
Que hubiera pasado si este maestro hubiera nacido en el siglo de oro del barroco y nos llegara ahora tras 350 años por ejemplo el Longinos del Cerro. Espectacular!
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