martes, 22 de abril de 2014

SAVORANOLA NO TE METAS EN "NA"

Acaba la Semana Santa y volvemos la vista atrás, con esa mirada de nostalgia y pellizco allí donde el alma se entrecruza con el cuerpo. En ese recóndito espacio del sentido donde sentimos de verdad. Sin tapujos. Donde lloramos con el corazón y perdemos la noción del perro mundo en el que nos toca vivir. Me quedo con muchas imágenes. Desde la cuaresma salpicada de recuerdos y emociones al domingo de Resurrección, aunque por desgracia cuando me fui a levantar para ver el cierre de la Semana Santa en forma de cofradía que es la Resurrección ya sabía por amigos que la lluvia nos había dejado sin pleno. Me quedo con eso...,¿o sigo?. Sigo con las demostraciones de incivismo, con la pitada a un paso por no tocar marcha en un tramo que acababa en relevo,con la perdida de identidad de cofradías que han pasado de la alegría del barrio a la seriedad mal entendida(se de lo que hablo), de las famosas sillitas, de la pérdida de la cultura de la bulla, de los palios a la carrera,de los malos capataces, de los costaleros figurones, de los nazarenos que no saben lo que significa vestir una túnica, del fotográfo aficionado que me acusó de poco profesional por no quitarme cuando el estaba con una pose más propia del Kalahari que de la calle Laraña(habiendo sitio de sobra incluso delante mía), de la de microfonos que entrevistan a los respiraderos y estropean fotos e imágenes, de los carritos tobilleros, de la nazarena comiendole los morros al novio en la puerta del Perdón,..., y de esa interminable hoguera de las vanidades que en 1497 el monje Savonarola usó para quemar todo lo accesorio. Mejor no, mejor me quedo con esos pellizcos que provocan esa nostalgia que tengo ahora mismo, me quedo amparado en tu manto Caridad. Menos de un año para que Cristo vuelva a morir y resucitar en Sevilla, en Santa Marina para más señas.

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