VIERNES DE CUARESMA

A mis amigos Alberto y Rosa.
Cuando te fuiste compañero, fue como si la Esperanza pasara para siempre. Fue como ver su palio perderse y no volver. Se acabaron los ratos cuaresmales y comprar el periódico los viernes a primera hora para leer tus letras. Una costumbre que ha vuelto. Una costumbre que ha traído Rosa, también en viernes, pero en periódico distinto. Mañana va a escribir del Señor, compañero. Mañana va a hablar de la divina cuña. ¿Te acuerdas de aquel viernes de Cuaresma en el que nos contamos nuestros recuerdos del Cisquero mientras llovía en San Lorenzo?. Pues mañana mi amiga Rosa cogerá tu testigo en mi vida con sus letras. Si hay algún conducto reglamentario ahí arriba y sigues escribiendo los viernes de Cuaresma, mándamelo compañero, te echo de menos.