A mi amigo Alberto.
Hoy amaneció en mi la cuaresma y te recordé compañero. No hubo agua de fuego para desayunar, pero recordé nuestros paseos de cuaresma. La noche se metió en lluvia y en melancolía. Se aproxima nuestro tiempo y conmigo vendrás en el pensamiento. Seguiré contándote cada culto, y cada procesión como siempre nos las contamos. Ahí te dejo compañero la restauración de este año. Pronto muy pronto volverá a llegar nuestro tiempo amigo mio.
3 comentarios:
Cuantos recuerdos nos brindan las otras cuaresmas...Me has emocionado, canónigo. Muy hermoso detalle.
No podemos evitar las ausencias, pero que grande es recordarlas...
Ya queda menos...
Siempre quedan.
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