lunes, 12 de septiembre de 2011

LA SIESTA QUE CAMBIO EL MUNDO



Hace diez años. Todos reposábamos la comida un rato. Salvo mi hermana que se quedó en el sofá viendo el televisor. Las expresiones de sorpresa e incluso algún grito nos levanto de la cama. Era una película, no...aquello estaba ocurriendo.Las personas se tiraban al vacio antes de morir quemadas. Horror en estado puro a la hora del danone. Minutos vacios de palabras por unas imágenes que horrorizaban al horror.El derrumbe el silencio, 3000 muertos, más innumerables muertos posteriores en dos guerras. He de confesar que mi subconsciente recreó ese momento con la Giralda días después. Han pasado 10 años y me siguen estremeciendo esas imágenes.

1 comentario:

Rosa G. Perea dijo...

Pasarán los años y siempre recordaremos dónde estábamos cuando tiraron las Gemelas. A Esperanza y a mí nos cogió arreglándonos para el funeral del padre de una amiga. Recuerdo la sensación tan extraña que sentí cuando se iban adivinando la cifra de los muertos sentada en el banco de un tanatorio.
Yo hacía unas semanas que había vuelto de Nueva York.
Años después, cuando volví a la zona cero y visité el museo en recuerdo de las víctimas, lo que más me impresionó, por encima de aquellas fotos, aquellos hierros retorcidos, aquellos cascos de bomberos... fueron las cajas de pañuelos repartidas por todos lados para esa lágrimas esperadas.

Buena foto (como siempre) Antonio.
Un beso.

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