La luz de la mañana me recordó la blancura de tu rostro. Aquella mañana no era un paseo pero a pesar de la presteza me frené un rato para admirarte. Dos símbolos de la Fe entremezclados en la sonora claridad de una mañana azul de primavera. Continué mi actividad.
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5 comentarios:
que bonita
"Estos días azules y este sol de la infancia"
(Último verso de Antonio Machado,
escrito poco antes de morir).
Esa foto es digna del cartel de alguna vigilia de la Inmaculada que organizan las tunas la madrugada del 8 de diciembre.
Un saludo
De piedra se quedan algunos también. Como te dije, hubo dimisión, de mayordomía... Las cosas de la marquesita y su lacayo...¡qué ganas de tiempos mejores!
Preciosa.
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