domingo, 24 de febrero de 2013

EL MIRAR DE LOS SENTIMIENTOS

Debía de estar cayendo el sol entre los jaramagos del Charco de la Pava. Cuando llegó hasta las plantas de la Piedad y de su sanguinolento hijo que con su Misericordia trajo el amor al mundo. Venía cargada de años y del brazo de su hija. Pudiera llamarse María. Pudiera venir desde la calle Larga de Triana, desde la curva donde a la Madre de Dios le llueven flores. La ayuda le sirvió para verla más de cerca, pero no para verla mejor. Porque su corazón recreaba esa imagen de la niña hecha Virgen, que a los baratilleros nos tiene enamorados. Pudiera tener por hijos a unos amigos de este que les escribe. Pudiera tener la mejor de las visiones, la que se fabrica con el maremagnum de los sentimientos. Pudiera llamarse María....Se persignó y alli nos dejó a los que la queremos con el corazón encogido.(Foto Lola Lechuga,la dueña de mi corazón)

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