miércoles, 13 de julio de 2016

VERANEO

Llega ese tiempo, el de descansar fuera de tus calles. Llega la época de cambiar tus días por otros aunque sea de manera transitoria. Llega el tiempo de conocer otras tascas, otros fogones. Llega el tiempo de alejarse aunque sea por unos días de los que critican cualquier cosa por el mero hecho de criticar; de los anti, de los pro, de los que se creen superiores y sus méritos son efímeros, de los que se creen inventores de algo que estaba creado cuando llegaron y seguirá aquí cuando se vayan, de los intolerantes y los tolerantes, de la barredora de Lipasam y su estruendo de cabo Cañaveral, de las pocas parroquias que abren, que ahora también cierran, de los abrevaderos habituales que ahora también descansan, de la @cruzcampo, voy a territorios de cerveza innombrable. Llega ese extraño tiempo en el que todo se para. El tiempo que me prepara para quererte más, para venir deseoso de Giralda, de calle Arfe, de Avenida con sus hordas de turistas visitando lo poco que Sevilla enseña, teniendo lo que tenemos, de ver la vida pasar desde tu tasca, de los leñazos cofrades que ya mismo está el Que Todo lo Puede en la calle. Sevilla aunque a veces (muchas veces, más de cuatro veces) me canses, que trabajito me cuesta separarme de ti.

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