domingo, 28 de febrero de 2016

ESTRELLA

Hoy he vuelto a San Jacinto. Ante ti. Una mañana fría de febrero en la que tu Hijo se mostraba a la cercanía de los fieles y de nuestras cámaras. Estabas hermosa,etérea, frágil como siempre me pareciste. La más frágil de todas las Virgenes. La dolorosa más dolorosa. La Virgen de mi infancia. Porque con padre trianero los primeros nazarenos que veía cada año, eran los tuyos. Eran otros domingos de Ramos. Como tantos los que llevas en tus doloridos ojos que no paran de llorar. La Estrella siempre fue mi inicio de la pasión. Tu mirada baja de deseperación casi patética que inspiraba la ternura del que sufre; más que rezarte daban ganas de darte un abrazo de hijo a Madre doliente. Y allí seguí mirándote, a ratos por el obturador para recordar a la Virgen de mis domingos de Ramos de pantalón corto y puente de Triana. Alguien me dijo una vez que la devoción a una imagen nace en las tripas, cuando mirando a una Virgen se te estremecen los cimientos y es capaz de inspirarte para seguir adelante. Y así salí a la mañana helada de febrero en la que me crucé otra vez con la Estrella, la Virgen de mi infancia.Estrella sólo Estrella, para que mirar al mundo si el mundo está en tu mirada.

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