viernes, 15 de enero de 2016

LETRAS DE SANGRE


Hoy vengo a verte Señor, con letras de sangre y lágrimas. Hoy Señor se ha ido Leo hacia ti. Hoy llegamos a verte para atarnos a tus manos y no soltarnos
Hoy Señor la sangre de mis letras va para su recuerdo, una persona buena que me ganó con esa manera de ser, dile que te cuente Señor el día que multaron en su pueblo a su esposo, aun sonrio al recordarlo.
Hoy Señor la sangre de mis letras se desangra de pensar en Pablo, mejor dicho, no quiero pensar en él, no quiero ponerme en su lugar, sólo te pido que lo ates en corto a tus manos, que no lo pierdas de vista, que nos salga de esos ojos implorantes que llenan el Tiro de Linea de Esperanza.
Hoy Señor la sangre de mis letras habla de tu sangre, de mis hermanos, alla nos fuimos mientras Leo viajaba hacia Huelva, para agradecerte, las fuerzas que tus manos le dieron para poder despedirse de lo que más quería, y nos dimos de frente con abrazos sinceros, con besos de cariño y con preocupación sincera. Yo no nací en Almirante Topete, ni en Teatinos, pero me traiste atado a tus manos, hasta tus plantas. Ahora mi Lola, ese sueño hecho mujer, que me mandaste, está medio adormilada en el sofá, después de días de dolor y preocupación, y yo te escribo con letras de sangre desde nuestra casa, esa que me dieron hace ya muchos años, un lunes Santo, para pedirte por Leo, Pablo y María, y para darte las gracias por cumplir lo que te pedí y por darme mi tercera familia, la familia del escudo mercedario.

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