domingo, 19 de abril de 2009

ORISHÁ


Pae Oxala llegó al escaparate de aquella tienda de Sevilla una mañana de marzo que olía a azahar , a tostada y café. Estaba hecho de escayola y pintado con vivos colores y era principal su figura entre los Orishas. Entre sus brazos abarcaba la tierra, los hombres y sus vidas. Aquella mañana empezaron a pasar personas cubiertas y con grandes túnicas blancas. Sonó música lejana, olía a incienso quemado la gente se agolpaba, algo muy grande debía de estar pasando no muy lejos de allí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay sitio pa to er mundo. No empujá que la barra es larga.

La gata Roma dijo...

Si, algo bien grande debería estar pasando cerca, me hago una idea..

Kisses

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...