jueves, 16 de marzo de 2017

DONDE NACE LA FE


Pasa inexorable la Cuaresma, a esos pasos agigantados con los que transcurre todo aquello que nos gusta. Mañana otra vez será viernes del Cautivo. Uno de esos lugares donde se mantiene la fe primigenia. Sin alharacas, sin ostentaciones, sin bandas, sin redes sociales, sin crucifixiones 2.0, sin tiempos malos para el que cae en el mundo de la fe, o para el que da un mal paso. Sin carteles que criticar, sin lobbys, sin amiguismos, sin conteo, sin martillos que bailan o que pasan de un lado al lado oscuro. Sin reflexiones dolorosas en twitter, facebook o blogs que disparan a mosquitos con cañonazos, sin navajazos traperos, sin cangrejeros modelo colesterol malo que se acumulan en la arteria sacra sin permitir que fluya la cofradía. Sin egos superlativos tras creaciones efímeras, sin menosprecio de las artes como si el que crea no comiera, sin mercaderes que se enriquezcan con el templo. Sin nombres, sólo hombres y mujeres. Allí donde nace la fe, en las manos de una abuela que reza, que pone una vela a su Cautivo, para ese nieto que tuvo que emigrar a Alemania vuelva pronto, o para que el cáncer pase de largo sin mirar en su casa.
Mañana es viernes de Marzo y nuestra fe vuelve a amarrase a sus manos atadas.

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