jueves, 1 de abril de 2010

CARIDAD


Trabajar y la túnica eran incompatibles. Así que ese regalo que me mandaste hecho mujer y este imperfecto nos fuimos a rebuscarte por la Avenida. Ese surco relleno de amor y de marchas que tan bien sabes abrir en los corazones.Aguanté, entre fotos y pensamientos positivos. Agarrado a la cámara con una mano y a mi medalla con la otra; mientras mi Lola se convertía en el báculo de mi alma. Fue ese pasito atrás que diste cuando ya casi la mitad de tus costaleros pisaban la Seo. Ahí rompiste mi calma tensa y sólo pude verte nublado entre mis lágrimas. La mano pasó de mi cámara a la mano de mi Lola y la otra siguió apretando mi medalla, tanto que mi escudo quedó un rato impreso en mi palma. Ya de recogida. Íbamos ambos cojeando de cansancio acumulado y aun nos esperaste en la Moneda en una de esas paradas que con la túnica duelen y que hoy me han sabido a gloria. Te debo tanto Madre, tanto que con estas letras no llegaría ni a esbozar una brizna de mi deuda. Me voy a la cama en jueves santo y ese pasito atrás no se baja de mi memoria, aunque no te preocupes Madre, que sepas que me voy sonriendo

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