miércoles, 26 de noviembre de 2008

TRAVESURAS DIGITALES


Cuantas veces ponías petardos en latas vacías en la puerta de una casa. O cuantas veces llamaste a un timbre y saliste corriendo. Seguro que más de uno si se para a pensar hizo alguna vez alguna travesura. Salvo ese dos por ciento de la población que nace con cara de ser celador de ruán y se caracteriza por venir de la pata del caballo del rey Favila. Los demás siempre tuvimos nuestros momentos de esparcimiento cuando vestíamos la túnica y aun no teníamos claro que era aquello. Dudé mucho en poner esta foto. Incluso lo consulté con Moe apurando un gin tonic, mientras él pelaba ajos(sin premio), apurando un botellín y canturreando al Pali. Porque creo que hemos perdido la esencia de esto. ahora las hermandades cambian su nombre popular de toda la vida, por otros más cercanos a la Semana Santa de Zamora. Porque nos importa a veces más la politica y los ecos de sociedad del mundo capillita que la devoción. Porque no todos nacimos místicos y algunos aun llevamos la cicatriz de ser de barrio. De entender que la vida tiene sus edades. Y en cada edad tenemos un comportamiento determinado. Yo soy nazareno. Y vivo a unos cuantos de kilómetros de mi iglesia. El camino más corto no es irse a pie, ni por supuesto volverse con las plantas de los pies ensangrentadas. Nadie de nosotros nació san Juan de la Cruz. Aunque algunos intenten aparentarlo. Lo de la foto no es más que una chiquillada o al menos yo lo entiendo así. Lo mismo estoy más perdido que Homer simpson en el Natur House. Pero es lo que pienso.

7 comentarios:

PEPE LUIS TRUJILLO DEL REAL dijo...

No son travesuras, son simple y llanamente la falta de educación y de valores que campea en nuestra sociedad.
Si supieran lo que esas túnicas, como las de otras hermandades, significaron para quienes nos las legaron y que muchos de ellos las usaron como única compañeras de viaje, se cuidarían muy mucho de estos comportamientos.
Independientemente de lo anterior, mucha culpa de esto lo tienen las propias corporaciones, las cuales fueron mucho más permisivas con las férreas disciplinas de antaño, que no sólo contemplaban el ir y volver de la estación de penitencia por el lugar mas corto sino otra serie de cuestiones más propias de a lo que se va allí, y de que los diputados y canastillas, no cuiden de las formas en las calles, porque si os fijáis no es precisamente un tramo de niños.
La foto, quizás nos duele especialmente, por tratarse de la Cofradía que es, pero no es menos cierto de que esas historias hoy día se dan en otras muchas corporaciones.

Anónimo dijo...

Qué pejigueraeres Pepito Trujillo, ¿ya no te acuerdas cuando te comías los bocatas de mortadela de tu tía bajo el antifaz o te escapabas de tu tramo para irte a otro inferior y poder estar más cerca del paso?

No seas tan papista anda, que eso pasa en la Bofetá, el Baratillo, la Macarena, los Gitanos, la Esperanza de Triana y un largo etcétera. Para lo demás ya están los rancios de negro. Saludos

PEPE LUIS TRUJILLO DEL REAL dijo...

Con la venia de mi querido Canónigo y rompiendo mi costumbre de responder a los cobardes que bajo el antifaz del anonimato no les importa responder desde el desconocimiento, respondo a la alusiones personales que se han vertido en el comentario anterior:
1ºEn primer lugar nunca me he comido bocatas de mortadela bajo el antifaz, en todo caso eran de jamón serrano y preparados por mi abuela, como ya hice alusión a los mismos en mi blog, y siempre en la Catedral en los servicios antiguos, pues desde hace años no pruebo bocado vestido de nazareno.

2º Jamás me ha hecho falta cambiarme de tramo para ir más atrás, pues desde que cumplí 12 años siempre (salvo los 5 años de costalero y los otros 4 de puesto de confianza en la Cofradía) he salido por mi antigüedad en el último tramo de Jesús ante Anás y no precisamente al principio del tramo.
Cuestión ésta que afortunadamente puedo sobradamente demostrar, tanto por testigos como por las papeletas de sitio.

Pido públicas excusas a quienes se encuentran con la necesidad de leer estas líneas sin comerlo ni beberlo.

Anónimo dijo...

No sé quién eres Pepe Luis, pero a mi no me han molestado tus líneas. Más bien lo contrario, me ha gustado leérlas.

David Barcáiztegui

Mer dijo...

Me uno e identifico con la entrada, no puede ser que paguemos justos por pecadores, que en todos lados "cuecen habas". Y ya se sabe que hacen más mella dos que se pasen de la raya que doscientos que hagan lo correcto, allá cada cual con su conciencia, y con la imagen que den de "su hermandad" que a algunos se les llena la boca creyendo que es de su propiedad exclusiva.
Saludos,

Sabor Añejo dijo...

Que quieres que te diga. En todo sitio se cuecen habas aunque sea una pena. No todos siente lo que es llevar una túnica ni lo que eso significa. Es más incluso me atrevería a decir que hay quien lo hace por alardear de pertenecer a tal o cual hermandad, porque eso "viste mucho". Y por supuesto de ahñi se deriva una gran falta de respeto por lo que verdaderamente lo sienten.
De cualquier forma, pienso que lo verdaderamente importante es lo que sienta cada uno y que sea fiel a ese sentir. Los demás, que hagan de su capa y sayo.

Besos

Anónimo dijo...

Eso del bocata que cuenta anonimo se puede ver todos los años en la Catedral cuando el Mayordomo y su amiguito inseparable y fiscal del paso de palio se comen un bocata, sentaditos, se fuman un cigarrito y se rien de todos los nazarenos que pasan por alli.

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